Nara y Fushimi Inari-Taisha
FUSHIMI INARI-TAISHA
Cogiendo la línea JR Nara desde Kioto, llegaríamos en unos 15 minutos a la parada de Inari station. Nada más bajar de esta pequeña estación, nos encontraremos de frente con la entrada de uno de los santuarios más espectaculares de Japón, el Fushimi Inari-Taisha.
Lo veía venir al igual que en el Bosque de bambú... así que decidimos madrugar mucho y llegamos al santuario sobre las 7.15h de la mañana. Ya había gente, pero una hora después llegaron miles de excursiones y colegios y ya era imposible realizar alguna foto. Su entrada es completamente libre y está abierto las 24 horas. Así que si os animáis a daros un madrugón para poder disfrutarlo un rato a solas no os arrepentireis.
Se trata de uno de los santuarios más populares e importantes del país, pero se hizo muy famoso a raíz de la película Memorias de una Geisha, en la que una de sus escenas se desarrolla aquí. Data del siglo VIII y fue consagrado a los dioses del arroz por la familia Hata. Está flanqueado por cientos de zorros de piedra, mensajeros de los dioses, y en su boca llevan la llave del granero de arroz. Los japoneses consideran al zorro como una figura misteriosa y sagrada y creían que era capaz de poseer a los humanos.
De trata de un recorrido de 4 km a través de la montaña, flanqueado por miles de toriis rojos y de decenas de subsantuarios por el camino. Es realmente impresionante. No hace falta que hagáis el recorrido entero pero si que subáis hasta el punto donde se inician los dos caminos para recorrer la montaña. Sin duda una visita inolvidable.
El Fushimi Inari-Taisha es uno de los santuarios más espectaculares de Japón.
Está flanqueado por zorros de piedra, mensajeros de los dioses, que en su boca llevan la llave del granero de arroz.
Se hizo muy famoso a raíz de la película Memorias de una Geisha, en la que una de sus escenas se desarrolla aquí.
Es un recorrido de 4 km a través de la montaña, flanqueado por miles de toriis rojos y de decenas de subsantuarios por el camino.
NARA
Y después de esta primera parada, volvimos a la estación para coger el siguiente tren que nos llevaría hasta la ciudad de Nara. Una vez llegamos nos dirigimos a la oficina de turismo que hay fuera de la misma estación para coger un mapa y que nos explicaran un poco.
¿CÓMO MOVERSE?
Realmente todo lo que vamos a visitar, se encuentra dentro del complejo de Nara Park, cuya entrada se encuentra a 15 minutos andando de la estación JR. Podéis coger un autobús también, pero nosotros lo hicimos a pie.
Dentro del parque, si realizas el recorrido entero, su duración es de unas 3 horas, sin contar las paradas que hagamos para fotos y demás... Al final del recorrido estábamos agotados y a mi me empezaron a resentir las rodillas, pero no os preocupéis. Existe una parada de autobuses al final del recorrido, en Kasuga Taisha, indicada en el mapa que cogimos previamente. Hay varias líneas y decidimos coger uno que nos llevaría de nuevo a la estación. Nos dió la vida, ya que hacer el camino de vuelta andando sería prácticamente una hora más y mis piernas no lo podían soportar.
¿QUÉ VER?
Kofuku-ji Temple
Entrando en Nara Park, lo primero que nos encontraremos a la izquierda son unas escaleras de piedra que nos llevarán al recinto del Kofuku-ji. La entrada al templo es de unos 800 Yenes pero se puede visitar todos sus patios completamente gratis, y eso es lo que nosotros hicimos.
Este templo budista fue fundado en el año 669 a.C en Kioto y se trasladó a Nara en el año 710. Tiene dos pagodas, una de 3 pisos y otra de 5 pisos, esta última es la segunda más alta del país, solo superada por la de To-ji en Kioto. Es realmente preciosa.
Entrando en Nara Park las escaleras de piedra nos llevarán al recinto del Kofuku-ji.
Este templo budista fue fundado en el año 669 a.C en Kioto y se trasladó a Nara en el año 710.
Su pagoda de 5 pisos es la segunda más alta del país.
Los Ciervos de Nara
Saliendo del recinto del Kofuku-ji pusimos rumbo al Todaiji Temple, una de las visitas obligadas de Nara. Pero por el camino disfrutaremos de una de las experiencias más bonitas de este viaje. Y es que más de 1200 ciervos salvajes viven en total libertad.
Antiguamente se consideraba al ciervo como un ser sagrado y divino. Hoy en día son un tesoro nacional y están protegidos como tales. Compramos unas galletas por 150 yenes para darles de comer, pero... ¡cuidado que algunos muerden!. Pasamos más de una hora acariciandolos y fotografiandolos.
En Nara disfrutaremos de una de las experiencias más bonitas de este viaje, los ciervos del parque.
Por 150 yenes podéis comprar unas galletas para darles de comer.
Todaiji Temple
Y llegamos a uno de los templos que más me han impactado en este viaje, el Todaiji. Su entrada cuesta unos 500 yenes, pero bien merece la pena pagar para entrar en su gran sala, la Daibutsu-den (el edificio de madera más grande del mundo), donde se encuentra su enorme buda de bronce de 16m de altura.
Para llegar al templo, pasaremos primero por Nandaimon, una puerta enorme con dos guardianes Nio, unas estatuas de madera, de aspecto fiero, talladas por el escultor Unkei en el s.XIII.
En un lateral del buda nos encontraremos con una gran pilar de madera con un agujero en la parte de abajo, del mismo tamaño que el orificio nasal del gran buda. Se dice que los que logren pasar por él, alcanzarán la iluminación. Por supuesto debido a su tamaño los que pasan son los niños.
El Todaiji es uno de los templos que más me han impactado en este viaje.
Su gran sala, la Daibutsu-den, es el edificio de madera más grande del mundo.
Impresiona su enorme buda de bronce de 16m de altura.
Nigatsudo Hall y Sangatsudo Hall
Después de nuestra visita al Todaiji, nos dirigimos a estos dos templos, menores y menos conocidos, pero realmente bellos.
El Nigatsudo, construido inicialmente en el año 750, tiene una gran terraza a la que podemos subir y disfrutar de una bella panorámica de la ciudad. El Sangatsudo, es el edificio más antiguo del complejo y alberga una colección de estatuas del período Edo.
El Nigatsudo Hall y Sangatsudo Hall son dos templos menos conocidos, pero realmente bellos.
El Nigatsudo tiene una gran terraza a la que podemos subir y disfrutar de una bella panorámica de la ciudad.
Wakakusayama Hill
Continuamos la ruta y nos encontramos con una preciosa ladera de hierba, donde la gente se tumba a descansar un rato, rodeados también de ciervos que buscan un poco de sombra para echarse una siesta.
Wakakusayama Hill es una preciosa ladera de hierba.
Rodeada de ciervos que buscan un poco de sombra para echarse una siesta.
Kasuga Taisha Shrine
Y la última parada de este intenso recorrido es el Santuario de Kasuga Taisha, fundado en el s. VIII. Sus senderos están llenos de farolillos y muchos más se encuentran dentro del santuario. Su entrada es gratuita.
En este momento estábamos agotados y decidimos dirigirnos directamente a la parada de autobús que nos llevaría de nuevo al centro de la ciudad.
¿DÓNDE COMER?
Ya era muy tarde y estábamos hambrientos después de la caminata que nos habíamos dado durante toda la mañana.
En la calle principal que va desde la estación JR al parque de Nara (Sanjo Dori), se encuentran multitud de restaurantes y puestos de comida. Nosotros entramos en un italiano llamado Napoli´s , pides en la barra lo que quieres, pagas allí mismo y te lo sirven en la mesa. Comimos muy bien y las raciones eran buenas, y es que no nos apetecía perder el tiempo en buscar algún sitio especial. Lo cierto es que todos los restaurantes de la zona tienen muy buena pinta e incluso los que se encuentran dentro de la estación JR.
Y hasta aquí nuestra excursión a Nara, una experiencia que no os podéis perder sin duda.
En la próxima entrada conoceremos los Alpes Japoneses.
¡Espero que os haya gustado!
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